Implicaciones de la COVID-19 en personas afectadas por Marfan y otros desórdenes relacionados
Advertencia: Esta web y sus recomendaciones tienen carácter informativo, y no sustituyen el consejo, tratamiento y/o diagnóstico de los profesionales de la salud o las indicaciones de las autoridades competentes. La información contenida en esta página no ha sido revisada desde 2020, por lo que se considera desactualizada.
La actual pandemia por coronavirus afecta significativamente a la vida de las personas con condiciones de salud especiales como nosotros. La información contrastada en español se hace muy necesaria ante la grave situación socio sanitaria actual, por lo que varias asociaciones de síndrome de Marfan y desórdenes relacionados de Latinoamérica nos hemos propuesto poner a disposición de todos esta página para que sirva de recurso informativo general o bien sea un recurso complementario a la información que se nos demanda por parte de las personas afectadas y que desde el ámbito asociativo les ofrecemos.
¿Qué es la COVID-19 y cómo actúa?
Existen numerosos coronavirus que afectan a las aves de corral domésticas; de estos, siete afectan a los seres humanos, y sólo tres causan síntomas respiratorios. El nuevo coronavirus se conoce como «Síndrome Respiratorio Severo Agudo Coronavirus 2», llamado «SARS-CoV-2», por sus siglas en inglés. Este virus causa una enfermedad llamada «COVID-19».
El virus se propaga principalmente de persona a persona, sobre todo mediante gotículas respiratorias que se producen cuando una persona infectada tose o estornuda. Estas gotitas pueden llegar a la boca o la nariz de las personas que se encuentren cerca y posiblemente entrar a los pulmones al respirar. Las gotas con el virus también se pueden depositar en diferentes superficies y objetos, que al tocarlos se pueden incorporar a las manos, lo que es potencialmente infeccioso si la persona luego con esa misma mano se toca la boca, la nariz y posiblemente los ojos.
Cómo actúa
El virus infecta primeramente la garganta y se introduce en las células a las que da la orden de producir más virus que salen de las células destruyéndolas, y empiezan a contagiar a sus vecinas. El cuerpo produce una respuesta inflamatoria para tratar de combatirlo, por eso empezamos a sentir dolor en la garganta o la nariz tapada.
El virus se dirige a los pulmones provocando inflamación en las mucosas de los bronquios, lo que provoca tos, y lo que conocemos como neumonía. El cuerpo intensifica su respuesta inflamatoria y esto hace que comience la fiebre. Entonces empezamos a sentirnos mal y se pierde el apetito.
Para evitar que la infección prosiga, nuestro cuerpo se defiende con sustancias químicas agresivas que unidas a la inflamación provoca que el cuerpo no reciba suficiente oxígeno, lo que puede conllevar fallo respiratorio, y si el corazón no recibe el oxigeno necesario a través de la corriente sanguínea no puede funcionar. En estos casos el paciente debe ser hospitalizado y conectado a un respirador.
Para un porcentaje de la población estos síntomas les ponen en serio riesgo, aunque la mayoría de los afectados se recupera de la COVID-19 sin un tratamiento específico.
¿A quién afecta?
El virus puede afectar a cualquier persona, pero existen grupos más propensos a desarrollar síntomas graves.
Los grupos de personas más vulnerables son los adultos mayores, las personas con diabetes, con enfermedades pulmonares (asma, enfisema, neumotorax espontáneos, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, insuficiencia respiratoria o enfermedad pulmonar restrictiva), y aquellas con enfermedades del corazón (regurgitación valvular significativa, insuficiencia cardíaca, disfunción ventricular o hipertensión). También son personas con alto riesgo por COVID-19 aquellas con malnutrición crónica, enfermedad intestinal inflamatoria que requiere el uso de inmunosupresores y otras enfermedades que implican el uso crónico de esteroides u otros medicamentos inmunosupresores.
Las personas con condiciones aórticas genéticas sin ninguna de las condiciones mencionadas previamente, cuya única característica cardiovascular es una dilatación aislada de la raíz aórtica o aneurisma, no se consideran en mayor riesgo que la población general.
No se conoce el riesgo para las personas que han tenido cirugía con preservación de la válvula aórtica, o con inserción de válvula biológica o mecánica, o con aneurisma en vasos sanguíneos diferentes de la aorta. Cualquier otra condición crónica debe discutirla con su médico para determinar si esta pueden incrementar el riesgo por COVID-19.
¿Cuáles son los síntomas?
Las personas con COVID-19 pueden tener pocos síntomas o ninguno, pero otras pueden enfermar gravemente y morir. Los síntomas más comunes de la COVID-19 son fiebre, cansancio y tos seca. Algunos pacientes pueden presentar dolores, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta o diarrea. Estos síntomas suelen ser leves y aparecen de forma gradual.
Algunas personas se infectan pero no desarrollan ningún síntoma y no se enferman. La mayoría de las personas (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial. Aproximadamente una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una enfermedad grave y tiene dificultad para respirar. Las personas mayores y las que padecen afecciones médicas como las mencionadas previamente, tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave. En torno al 2% de las personas que han contraído la enfermedad han muerto.
Si tiene fiebre, tos y dificultad para respirar deben buscar atención médica siguiendo las indicaciones sanitarias para tal caso.
En principio no deben concurrir a un centro de salud, sino llamar a los teléfonos dispuestos por cada ciudad o provincia para esta emergencia sanitaria, y desde allí los guiarán sobre el protocolo a seguir. De esta manera no se abarrotan las salas de guardia con gente que quizás solo tiene resfriado, alergia o gripe común y gente que efectivamente tiene COVID-19.
No se sabe con certeza cuál es el tiempo exacto de incubación; las estimaciones van de 1 a 12 ó 14 días.
Medidas preventivas, ¿cómo cuidarse?
#YoMeQuedoEnCasa
Puede seguir las siguientes recomendaciones:
Lávese las manos a fondo y con frecuencia con agua y jabón o usando un desinfectante a base de alcohol.
¿Por qué? El jabón y el alcohol disuelven la capa de grasa que protege al virus (corona), y mata los virus que pueda haber en sus manos.
Mantenga una distancia mínima de 1 metro entre usted y cualquier otra persona cuando salga de casa.
¿Por qué? Cuando alguien tose o estornuda, despide por la nariz o por la boca unas gotículas de líquido que pueden contener el virus. Si está demasiado cerca, puede respirar las gotículas y con ellas el virus de la COVID-19, si esta persona tiene la enfermedad.
Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca si no se ha lavado las manos.
¿Por qué? Las manos tocan muchas superficies y pueden recoger virus. Una vez contaminadas, las manos pueden transferir el virus a los ojos, la nariz o la boca. Desde allí, el virus puede entrar en su cuerpo y causarle la enfermedad.
Mantenga una buena higiene de las vías respiratorias. Eso significa cubrirse la boca y la nariz con el codo doblado o con un pañuelo de papel al toser o estornudar. El pañuelo usado debe desecharse de inmediato.
¿Por qué? Los virus se propagan a través de las gotículas. Al mantener una buena higiene respiratoria está protegiendo a las personas que le rodean de virus como los del resfriado, la gripe y la COVID-19.
Haga uso de la mascarilla principalmente en espacios cerrados y concurridos como tiendas, centros comerciales o el transporte público.
¿Por qué? Contrariamente a lo que se creía inicialmente, las gotitas pueden estar en suspensión más tiempo, y la tos y estornudos pueden diseminarlas a distancias superiores a las de la distancia de seguridad recomendada.
Permanezca en casa si no se encuentra bien y evite el contacto cercano con otras personas. Si tiene fiebre, tos y dificultad para respirar, busque atención médica y llame con antelación. Siga las instrucciones de las autoridades sanitarias locales.
¿Por qué? Las autoridades nacionales y locales dispondrán de la información más actualizada sobre la situación en su zona. Llamar con antelación permitirá que su proveedor de atención de salud le dirija rápidamente hacia el centro de salud adecuado. Esto también le protegerá a usted y ayudará a prevenir la propagación de virus y otras infecciones.
Consulte fuentes de información oficiales y confiables acerca de la COVID-19. Siga los consejos de su dispensador de atención de salud, de las autoridades sanitarias pertinentes a nivel nacional y local o de su empleador sobre la forma de protegerse a sí mismo y a los demás ante la COVID-19.
¿Por qué? Las autoridades nacionales y locales dispondrán de la información más actualizada acerca de si la COVID-19 se está propagando en su zona. Son los interlocutores más indicados para dar consejos sobre lo que debe hacer la gente de su zona para protegerse.
Esté atento a la información sobre las zonas de mayor peligro (es decir, las ciudades y lugares donde la enfermedad se está propagando más extensamente). Si le es posible, evite desplazarse a estas zonas, sobre todo si su edad es avanzada o tiene usted diabetes, cardiopatías, pulmonares o está inmunosuprimido.
¿Por qué? Estas precauciones se deben adoptar en estas zonas porque la probabilidad de contraer la COVID-19 es más elevada.
Cómo cuidar de nuestra salud mental
Es esencial cuidar de nuestra salud mental, sobre todo durante el periodo de confinamiento, si es su caso.
Es normal sentir tristeza, estrés, confusión, miedo o enfado durante una crisis. Puede ser de ayuda hablar con personas de confianza. Mantenga el contacto con amigos y familiares.
Diseñe una rutina, manteniendo un estilo de vida saludable, con una dieta adecuada, cuidando la higiene del sueño, haciendo ejercicio y manteniendo los contactos sociales con sus seres queridos en casa y por correo electrónico y teléfono con otros familiares y amigos.
No recurra al tabaco, el alcohol u otras drogas para lidiar con sus emociones.
Si se siente superado por la situación, hable con un profesional de la salud mental. Muchas organizaciones de profesionales de la salud mental están brindando gratuitamente su asistencia durante esta crisis. Busque información sobre estos servicios en su país, y sepa dónde y cómo buscar ayuda para atender sus necesidades de salud física y mental, si fuera necesario.
Reúna información que le ayude a determinar con precisión su nivel de riesgo para poder tomar precauciones razonables. Busque una fuente creíble, en la que pueda confiar, como el sitio web de la OMS o una agencia de salud pública local o estatal.
Infórmese sobre los hechos, pero no se infoxique. Limite su nivel de preocupación y nerviosismo reduciendo el tiempo que usted y su familia pasan viendo o escuchando noticias de los medios de comunicación que les generen malestar.
Ya ha vivido crisis en el pasado, recuerde qué estrategias le fueron útiles en aquel entonces y cómo puede aplicarlas ahora. Utilice esas capacidades para manejar sus emociones durante este difícil periodo de brote.
Desechando mitos y bulos
Recogemos a continuación una serie de mitos y bulos relacionados con la pandemia que se están propagando por las redes y que contribuyen a crear desinformación y pueden poner en riesgo nuestra salud.
La COVID-19 afecta por igual a cualquier zona geográfica o clase social.
El virus de la COVID-19 puede transmitirse en zonas con climas cálidos y húmedos. Las pruebas científicas obtenidas hasta ahora indican que el virus de la COVID-19 puede transmitirse en CUALQUIER ZONA geográfica, incluidas las de clima cálido y húmedo.
El frío y la nieve NO PUEDEN matar el nuevo coronavirus (2019-nCoV). La temperatura normal del cuerpo humano se mantiene en torno a 36,5° y 37°, con independencia de la temperatura exterior o de las condiciones meteorológicas. Por lo tanto, no hay razón para creer que el frío pueda matar el nuevo coronavirus o acabar con otras enfermedades.
Bañarse en agua caliente no previene la infección por el nuevo coronavirus, y no proporciona ninguna protección contra la COVID-19. Con independencia de la temperatura del agua de la bañera o la ducha, la temperatura corporal continuará siendo de 36,5 °C a 37 °C. De hecho, si el agua está muy caliente la persona puede quemarse.
El nuevo coronavirus NO PUEDE transmitirse a través de picaduras de mosquitos pues es un virus respiratorio que se propaga principalmente por contacto con una persona infectada a través de las gotículas respiratorias que se generan cuando esta persona tose o estornuda, por ejemplo, o a través de gotículas de saliva o secreciones de la nariz. Hasta la fecha no hay información ni pruebas que indiquen que el 2019-nCoV pueda transmitirse por medio de mosquitos.
Los secadores de manos no matan el 2019-nCoV.
No se deben utilizar lámparas ultravioletas para esterilizar las manos u otras partes del cuerpo, ya que la radiación ultravioleta puede causar irritación de la piel.
Rociar todo el cuerpo con alcohol o cloro NO sirve para matar los virus que ya han entrado en el organismoem. Pulverizar estas sustancias puede dañar la ropa y las mucosas (es decir, los ojos, la boca, etc.). Tanto el alcohol como el cloro pueden servir para desinfectar las superficies, siempre que se sigan las recomendaciones pertinentes.
Las vacunas contra la neumonía, como la neumocócica y la vacuna contra Haemophilus influenzae de tipo B (Hib), no protegen contra el nuevo coronavirus. El 2019-nCoV es tan nuevo y diferente que es necesario desarrollar una vacuna específica, en la que ya se está trabajando con el apoyo de la OMS.
Aunque las vacunas contra la neumonía no son eficaces contra el 2019‑nCoV, es muy conveniente vacunarse contra las enfermedades respiratorias para mantener una buena salud.
No hay pruebas que indiquen que enjuagarse regularmente la nariz con una solución salina proteja de la infección por el nuevo coronavirusem. Aunque algunas pruebas indican que enjuagarse la nariz regularmente con solución salina puede acelerar la recuperación tras un resfriado común, no se ha demostrado que prevenga las infecciones respiratorias.
Comer ajo NO ayuda a prevenir la infección por el nuevo coronavirus. El ajo es un alimento saludable que puede tener algunas propiedades antimicrobianas, sin embargo, no se han obtenido pruebas de que comerlo proteja contra el virus que causa el brote actual.
El nuevo coronavirus (2019-nCoV) puede infectar a personas de todas las edades, si bien se ha observado que las personas mayores y las que padecen algunas enfermedades (como el asma, la diabetes o las cardiopatías) tienen más probabilidades de enfermarse gravemente cuando adquieren la infección. La OMS aconseja a las personas de todas las edades que tomen medidas para protegerse del virus, por ejemplo, mediante una buena higiene de manos y respiratoria.
Los antibióticos son eficaces contra las bacterias, pero no contra los virus.
Puesto que el nuevo coronavirus (2019-nCoV) es un virus, no deben utilizarse antibióticos ni para prevenir ni para tratar la infección. Sin embargo, si resulta usted infectado por este virus y le hospitalizan, es posible que le administren antibióticos para que no contraiga infecciones bacterianas.
Por el momento, no se recomienda ningún medicamento específico para prevenir o tratar la infección por el nuevo coronavirus (2019-nCoV). Sin embargo, es necesario atender adecuadamente a las personas infectadas por este virus para aliviar y tratar los síntomas y procurar medidas de apoyo optimizadas a los que presenten síntomas graves. Se están estudiando algunos tratamientos específicos que se probarán en ensayos clínicos. La OMS está ayudando a agilizar las labores de investigación y desarrollo con una serie de asociados.
Consulte fuentes de información confiables. Son días para proteger nuestra salud mental también. no contribuya a incrementar la alarma compartiendo cadenas de información de fuentes desconocidas o no oficiales.
Información sobre medicamentos y tratamientos
Actualmente, el tratamiento clínico incluye medidas de prevención y de control de infecciones y cuidados de soporte, incluyendo apoyo con oxígeno suplementario y apoyo ventilatorio mecánico cuando es necesario.
No hay aún medicamentos aprobados específicamente para el tratamiento de pacientes con COVID-19.
Se está estudiando una serie de fármacos aprobados para otras indicaciones, así como varias drogas en fase de investigación, en varios cientos de ensayos clínicos que se están llevando a cabo en todo el mundo. Algunos de estos fármacos son el Remdesivir, la Hidroxicloroquina y la cloroquina.
El Remdesivir es una droga en fase de investigación que tiene actividad contra cronoravirus relacionados con el SARS-CoV-2.
La cloroquina se ha utilizado para el tratamiento de la malaria y en la quimioprofilaxis, y la hidroxicloroquina se utiliza para el tratamiento de la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico y la porfiria cutánea tarda. Ambas drogas tienen actividad in vitro contra el SARS-CoV, el SARS-CoV-2 y otros coronavirus, y la hidroxicloroquina tiene una potencia relativamente mayor contra el SARS-CoV-2.
Tanto la cloroquina como la hidroxicloroquina tienen perfiles de seguridad conocidos, siendo las principales preocupaciones la cardiotoxicidad (síndrome de QT largo) con su uso prolongado en pacientes con disfunción hepática o renal e inmunosupresión, pero supuestamente serían bien toleradas en los pacientes con COVID-19.
La hidroxicloroquina y la azitromicina están asociadas a la prolongación del QT y se recomienda precaución al considerar estas drogas en pacientes con afecciones médicas crónicas (por ejemplo, insuficiencia renal, enfermedad hepática) o que reciben medicamentos que podrían interactuar para provocar arritmias.
Actualmente no se dispone de datos de ensayos clínicos aleatorizados que sirvan de base a la orientación clínica sobre el uso, la dosificación o la duración del tratamiento con hidroxicloroquina para la profilaxis o el tratamiento de la infección por el SARS-CoV-2.
En un reciente ensayo clínico en China, la combinación de lopinavir-ritonavir no se mostró prometedora para el tratamiento de pacientes hospitalizados con COVID-19 y neumonía. Este ensayo no tuvo suficiente confiabilidad, y la combinación de lopinavir-ritonavir está siendo investigada en un estudio de la Organización Mundial de la Salud.
Para la población general que tenga síntomas leves, se recomienda tomar medicamentos para el dolor como acetaminofen y paracetamol, para aliviar la fiebre, dolor de garganta, de cabeza o en el cuerpo. De acurdo con la información médica en este momento, el uso de ibuprofeno esta siendo estudio por sus posibles efectos negativos.
El ibuprofeno y otros analgésicos no esteroideos no se recomiendan para las personas afectadas por Marfan.
Tratamientos
Si usted tiene alguna enfermedad vascular hereditaria como síndrome de Marfan y los trastornos relacionados, es importante tomar en cuenta las siguientes indicaciones:
Algunos reportes han mostrado la preocupación sobre si los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y los bloqueadores del receptor de la angiotensina (BRA), tales como Losartan, Ibersartan, Valsartan o Telmisartan, pueden incrementar el riego de infección o enfermedad debido al COVID-19.
Actualmente no se sabe si tales medicamentos son dañinos o protectores en personas expuestas al COVID-19, sin embargo, la discontinuación abrupta de estos fármacos puede hacer que la hipertensión empeore y puede disparar disecciones arteriales agudas en personas con enfermedades vasculares hereditarias. Por lo tanto, la Marfan Foundation, aconseja que las personas que toman BRA regularmente deben continuar tomándolos, sin interrumpirlos.
No abandone su medicación en ningún momento. Consulte a su médico cualquier cambio en ella.
Para aliviar la congestión nasal, use solución salina en spray. El spray puede ayudar a enjuagar sus senos paranasales.
Calme el dolor o picor de garganta con gárgaras de agua tibia salada, o de agua tibia con jugo de limón y miel.
Tome muchos líquidos. Agua, jugos, té y sopas pueden ayudar a limpiar sus pulmones de moco y flema.
Guarde reposo si presenta síntomas de cansancio o falta de aire.
Aunque no tiene efecto contra la COVID-19, para las personas de riesgo es recomendable vacunarse contra la gripe y la neumonía siguiendo las campañas de vacunación estacionales.
Si su médico piensa que sus síntomas respiratorios pueden ser tratados con antibióticos, NO TOME FLUOROQUINOLONAS si hay alternativas adecuadas, a menos que sea aconsejado por un especialista en enfermedades infecciosas. Estos medicamentos no deben ser utilizados en personas con ciertas condiciones genéticas de aorta, que están asociadas con aneurismas y disecciones de aorta como el síndrome de Marfan. Los antibióticos de este grupo son: Avelox, Cipro (ciprofloxacina), Factive, Levaquin (levofloxacina) y Ofloxacin.
Escoja medicamentos para el resfriado diseñados para personas que tienen hipertensión arterial. Algunos medicamentos no contienen descongestionantes pero pueden tener otros componentes como dextrometorfano que puede ser peligroso si los toma frecuentemente.
Siga las instrucciones de uso cuidadosamente.
Evite descongestionantes sin receta y remedios para múltiples síntomas del resfriado que contienen descongestionantes, como pseudoefedrina, efedrina, fenilefrina, nafozolina y oximetazolina.
Siempre consulte a su médico cuando necesite medicamentos.
Recursos disponibles
Esta información puede ser ampliada consultando las siguientes páginas en castellano que nos han servido de referencia para elaborar el presente documento: